I. La situación actual
II. Visualización en tiempo real
III. Impresoras 3D
IV. Realidad aumentada y realidad virtual
V. ¿Y qué pasa con el BIM?
VI. Imágenes 3D
Hoy voy a comenzar con un artículo más largo y completo de los que suelo escribir normalmente (este es el primero de seis). El tema no es fácil de abordar pero creo que merece la pena, ya que la industria de la visualización arquitectónica 3D se encuentra en un punto de madurez que queda patente si vemos como diversas alternativas tecnológicamente más avanzadas van comiendo terreno a una rapidez mayor que la que puede asumir el render a medio-largo plazo. Ya hay diferentes profesionales de muy alto nivel que vaticinan un cambio de tecnología más pronto que tarde.
Yo aún no estoy muy de acuerdo por motivos más prácticos que tecnológicos que expondré en otra parte de esta serie de artículos, pero lo que es innegable es que cada vez hay más y mejores alternativas al pipeline “tradicional” de modelar > iluminar y texturizar > renderizar > postproducir > entregar imagen (o sus sucesivas variantes).
Esto no quiere decir que el mundo del renderizado 3D se haya estancado aún. El nivel de detalle, calidad y definición de la infoarquitectura ha experimentado, como todo, un salto tecnológico considerable. Se ha democratizado la tecnología y conocimientos necesarios para conseguir buenos resultados, ya no hace falta tener un equipo informático fuera de lo común para poder siquiera mover escenas con suficientes polígonos. A su vez, los renderizadores como V-Ray y el futuro Corona, que aún en fase Alpha ya genera muchísima expectación e interés entre los que lo están probando, realizan cada vez más rápido y con más precisión los cálculos, bajando los tiempos de render progresivamente. Cada vez más profesionales son capaces de conseguir imágenes de suficiente calidad para dar una idea real y fiable del futuro resultado del proyecto construido.
Tanto es así que ya muchas empresas directamente publicitan sus productos en 3D, ya sean muebles, coches, colonias, etc. Entre las ventajas, aprovechar el tiempo de desarrollo del producto para empezar con el proceso de venta, como han hecho las inmobiliarias desde hace años.
Todo esto ha llevado a poder encontrar con relativa facilidad una serie de servicios asociados a la infoarquitectura que van más allá de una imagen. Ya sea mostrando el modelo directamente en el programa gracias a Sketchup o visualizadores como Sketchfab, mediante tour virtuales o vistas en 360º y animaciones 3D que hace unos años solo podían conseguir estudios de cierto tamaño.
También hay que tener en cuenta, aunque suene un poco duro, el inmobilismo que suele acompañar al sector arquitectónico, que aún está debatiendo las ventajas e inconvenientes del BIM, un sistema nacido el siglo pasado (en 1987 lo aplicó Graphisoft en su ArchiCAD). Por supuesto, tienen su razón, ya que estas tecnologías son más útiles en las fases de gestión y la parte gráfica queda en un segundo plano, si es que importa algo. Pero a la hora de mostrar proyectos, no hay un interés por las nuevas corrientes que llegan con fuerza.
¿Y cuales son estas corrientes? Bueno, aquí cada uno podrá aportar algo y seguro que hay más o mejores que las que conozco, pero por un lado tenemos todo un conjunto de software dedicado a la creación de videojuegos, que aumenta su nivel de calidad de renderizado en tiempo real a pasos de gigante. Por otro, un segundo empujón de la tecnología aplicada a la realidad aumentada que fracasó hace unos años pero que con la llegada, primero, de tabletas y smartphones y segundo, con las futuras gafas de Google (independientemente de que tengan éxito o no, están dando un empuje a las empresas que confían en su despegue que ha hecho avanzar este campo en un par de años más que en la última década) es posible que consigan llegar al mercado en esta ocasión.
El tercer fenómeno, de carácter más global, es el de las impresoras 3D, que muchos ya vaticinan que será el futuro de casi todo. Exageraciones aparte, el hecho de tener que modelar en 3D algo antes de imprimirlo supone volver a ver las maquetas, que nunca llegaron a desaparecer como se vaticinaba, como una alternativa de futuro, gracias a la sustitución del renderizado por la impresión para conseguir resultados con una ventaja obvia: que lo podemos tocar.
De todas ellas y alguna más hablaré en las siguientes partes de este artículo que espero vaya siendo de vuestro interés. De momento, si os ha gustado, compartidlo por vuestras redes o darle aquí al “me gusta”. Un saludo a todos.
Escribir comentario
María Victoria (viernes, 28 marzo 2014 14:55)
Fantástico artículo. Compartimos a través del facebook.