Si alguna vez os habéis fijado en las ofertas de trabajo para visualización 3D, ya sean de aquí o de otros países, se suele tener en cuenta o incluso exigir un background concreto para poder pasar la fase de selección o al menos ganar puntos.
Este background no es más que el conjunto de conocimientos que una persona tiene de ciertas áreas paralelas al manejo de las herramientas en 3D y que hace referencia a las aptitudes artísticas, técnicas o de comunicación que puede aportar además del simple hecho de “saber hacer 3D”.
Los dos backgrounds más valorados y solicitados para visualización arquitectónica son bastante obvios: conocimientos de arquitectura y/o diseño de interiores (en su caso) y conocimientos fotográficos. Ambas cosas demostrables, no basta con saber usar la cámara del móvil o haber elegido los muebles de tu casa.
Aparte de estas dos hay otras opciones que he visto en alguna oferta o propuesta, como conocimientos en iluminación de espacios y productos o en teoría del color. En general la cosa está clara: para comunicar mediante imágenes 3D no solo necesitas un conocimiento de la técnica y las herramientas sino también en áreas de la parte más artística de la profesión, esa que te hace conseguir el punto de vista exacto, entender a los clientes cuando hablan o saber como funcionan las cosas en la realidad para poder traducirlo correctamente al mundo virtual.
Esto es más importante aún para los que nos dedicamos a esto por cuenta propia. Es fundamental tener conocimientos suficientes para entender lo que te está contando un futuro cliente, sobre
todo cuando es un profesional: para poder abrir los planos sin que te de un patatús; para entender como funcionan las luces y sombras en ciertas superficies; para saber cuánto cuesta ese suelo de
madera y ese mueble que estás poniendo en esa vista que te han encargado de una vivienda low-cost.
Todo eso es el background, la capacidad que tiene un profesional de traducir los deseos del cliente a una imagen 3D (o animación, o tour virtual, o realidad aumentada...) que resulte no sólo técnicamente correcta, sino estéticamente atractiva y pueda convencer y explicar correctamente un proyecto o propuesta.
¿Qué significa esto, que tengo que estudiar arquitectura para hacer renders? Que va, aunque en algunos casos ayude. Lo que digo es que, con el paso de los años y de los clientes, te acabas aprendiendo todas las marcas de muebles del mercado (a mi me está pasando, me hablan de Muuto, Normann Copenhagen o Gandía Blasco hace unos años y ni idea de qué vendían.. ahora casi me conozco su catálogo), acabas sabiendo por qué se suele evitar el tercer punto de fuga en una fotografía o aplicas la regla de los dos tercios en todos tus trabajos. La experiencia también genera un background.
Mi consejo es el siguiente: explotadlo y explicadlo. ¿Qué background tenéis vosotros?
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María Victoria (miércoles, 19 noviembre 2014 15:10)
Fantástico artículo.
Y muy cierto.
Hemos vistos muchos render perfectos en cuanto a técnicas pero muy "flojos" en cuanto a distribuciones, combinación de colores y texturas, materiales...., o medidas del todo incorrectas a simple vista.
Buenísimo artículo no sólo por el contenido sino porque ayudará a otros a perfeccionarse..
Un saludo.