Infoarquitectura para la realidad virtual: Demo Day

Pablo A. Martín

Desde que volví de vacaciones he estado siguiendo muy de cerca el mundo de la realidad virtual. No tanto, como otras veces, por temas relacionados con la arquitectura o con el entretenimiento digital (los videojuegos, vaya), sino como campo en sí y su potencial de negocio.

Desde hace un par de meses ando tratando con un contacto un posible trabajo en este campo, el primero para mí después de andar investigando y dedicando tiempo estos últimos años. Aunque tampoco mucho tiempo, no os voy a engañar, que tengo renders que hacer. Pero siempre he estado seguro de que mi evolución natural, al igual que la de muchos otros dedicados a la comunicación en todas sus facetas, acabará pasando por la VR (Virtual reality, realidad virtual).

Sin embargo, veo en general una tendencia a correr hacia todos lados como pollo sin cabeza a la gente que conozco dedicada a esto, intentando estar al día en todas las novedades del sector, que prácticamente salen a diario, con más o menos éxito, pero sin objetivo definido.

Con la intención de aclararme un poco, la semana pasada asistí a la Demo Day de realidad virtual que organizaba U-Tad en Madrid, no solo con la intención de probar los distintos modelos de gafas y los proyectos que salen para ellas, que también, sino de escuchar a los representantes de prácticamente todas las empresas en España que se dedican a ello de verdad. Debo decir que fue justo lo que esperaba.

Aparte de contar temas típicos de estas mesas redondas como evitar los mareos y la previsión de ventas para los diferentes modelos de gafas, se habló de varios temas muy interesantes para todos los interesados en la materia. Primero, la gran cantidad de sectores interesados en este tipo de proyectos, desde la publicidad al turismo, la ingeniería o la medicina. De hecho, los videojuegos y el ocio están perdiendo tirón en favor de alguno de estos sectores, aunque sigue siendo el objetivo mayoritario. Después, el saber que aún hay pocas empresas que operan en España y que tienen que colaborar entre ellas para salir adelante, habiendo hueco para más interesados.

Después de la charla pudimos probar más de 20 demos (proyectos) de las diferentes empresas que participaban, algunos de ellos realmente espectaculares, donde pude ver que lo que decían era bastante cierto: entre otras, probé una app dedicada al camino de Santiago, donde tenías que pisar sobre una alfombra especial para moverte, otro proyecto donde podías estar dentro del mundo representado en los cuadros de Dalí, una cabina donde además de la vista y el oído podías experimentar también con el olfato y un largo etcétera.

Una de ellas me llamó la atención, obviamente. Habían presentado una demo de infoarquitectura para el pasado Sima, donde se veía representado en 3D un edificio de vivienda, para una inmobiliaria. Por suerte, el responsable del proyecto se encontraba por allí y pude hablar un poco con él.

Aparte de las inevitables cuestiones técnicas, yo iba a las preguntas importantes de verdad: ¿Le sirvió a la inmobiliaria? ¿En qué sentido? Las respuestas fueron sorprendentemente precisas y contundentes: Sí. Además, no sólo les sirvió para tener visibilidad, ya que tenían cola en el stand para probar las Oculus Rift, sino que, gracias a la combinación de realidad virtual y un comercial que veía el interés que generaba la experiencia y aprovechaba para concertar visitas al sitio real, se vendieron más viviendas de las previstas.

Esto es muy importante, mucho. Por varios motivos:

• Como aún estos sistemas no están a la venta para el gran público y mucha gente aún no los ha probado, inmediatamente se genera expectación, sobre todo en sectores donde no es fácil ver un proyecto de este tipo (en ferias de videojuegos llevamos viéndolo unos años). Esto, por supuesto, también significa que esta visibilidad extra no está generada por el servicio o producto que se quiera enseñar, sino por la propia tecnología, con lo que se prevé que este efecto llamada disminuya con el tiempo.
• Sin embargo, al final ayudó a vender en un sector donde es muy difícil que se logren ventas. Me refiero, no estamos hablando de vender un móvil de 300 €; que suban las ventas en algo como el sector inmobiliario gracias a esto es muy significativo. Les ha salido rentable el invento. Han ganado dinero realizándolo.
• Pero lo mejor de todo, sin duda, es que la empresa en concreto ha sabido establecer un protocolo con la realidad virtual, no dejándolo aislado como si fuera un cartel y entendiendo que por sí solo no es tan efectivo como con la ayuda de un comercial que luego pueda dar más información.

Vosotros, ¿Qué pensáis? ¿Puede tener futuro la realidad virtual, o al menos, negocio? ¿Creéis que puede servirnos para llegar más fácilmente al cliente, al menos a algunos perfiles de cliente? Hace unas décadas nadie pensaba que los render prevalecerían sobre los dibujos a mano o las maquetas, ni que el diseño CAD (o BIM) sustituiría al dibujo a mano, pero al tecnología avanza. ¿Lo hará por aquí?

Os mantendré informados si al final consigo el proyecto!